Bowel management wheelchair patient Becky mono-cycling

Becky: Mantenerse en forma

A los 14 años, un accidente de coche dejó paralítica a Becky. A pesar de la parálisis total de cintura para abajo, Becky, de 42 años, es una mujer activa que se mantiene en forma nadando, buceando, practicando handcycling y monoesquí.

A los 14 años, Becky dejó atrás su ordinaria vida de adolescente, cuando un viaje por carretera a la localidad vecina de Wilmot, en Dakota del Sur, dio un cruel giro al destino. Un accidente hizo que Becky saliera volando por el techo solar del coche y el resultado fue devastador: Becky quedó paralizada de cintura para abajo.

Aprender a usar el baño de una nueva forma

Estar paralizado y atado a una silla de ruedas ya puede ser bastante difícil, pero tener que aprender a ir al baño de nuevo y de una forma totalmente distinta puede llegar a ser abrumador - "Cuando tienes el accidente, no tienes una rutina y tienes fugas sin darte cuenta, sin sentirlo. No sabes dónde están las diferentes partes del cuerpo, porque no puedes sentir tu piernas o trasero. Fue impactante, sobre todo porque todo ocurrió a los 15 años, cuando todo te avergüenza. Tu cuerpo está cambiando, no quieres hablar con nadie de estas cosas. Sólo quieres intimidad".

Sin embargo, aprender a controlar los esfínteres y crear una rutina era un requisito para Becky, antes de recibir el alta: "Era la cosa más desagradable. Era algo muy íntimo para mí y muy privado, pero era una casilla que tenía que marcar antes de que me dieran el alta".

Encontrar el tratamiento adecuado

Aunque Becky tenía una solución para vaciar el intestino cuando le dieron el alta, sólo le duraba un tiempo. Durante los años posteriores a su accidente, Becky lo probó todo.
Supositorios, laxantes, enemas y, aunque algunas soluciones funcionaban durante un tiempo, nada tenía un efecto duradero y la preocupación constante y los accidentes ocasionales se convirtieron en parte de la vida cotidiana de Becky: "Los laxantes orales eran impredecibles y nunca sabía cuándo iban a hacer efecto. No tuve momentos desastrosos, pero hubo una vez en el coche de mi hermano, otra en una camilla con respaldo durante una radiografía y varias veces en el trabajo. Te sientes un poco desesperado e impotente cuando ocurren estos accidentes. Era un dolor de cabeza y un tema de conversación frecuente con mi médico".

Pero un día, Becky recibió una llamada de su médico que siempre recordará. La llamaba para hablarle de un nuevo sistema de Irrigación Translanal: "Fue una llamada de esperanza. Aunque no podía prometerme ningún milagro con Peristeen® Plus, estaba tan eufórica y emocionada que el médico tuvo que calmarme. Si tuviera un deseo, no sería volver a andar, sino tener mi control intestinal, así que el conseguir una solución duradera era algo fundmental para mí."

Desde que empezó a utilizar el sistema Peristeen Plus, Becky ha pasado de hacerse irrigaciones todos los días a hacerlo cada dos días y no ha tenido ningún accidente en meses: "Es increíble. Mi rutina me ha liberado un día entero. Al principio tuve algunos accidentes cuando estaba todavía acostumbrándome a la rutina, pero ahora hace meses que no tengo ninguno".

¿Quién soy ahora?

Durante su infancia, Becky fue una atleta entregada. En el momento de su accidente, Becky adoraba el baloncesto y su mayor sueño era ser jugadora de baloncesto, además practicaba todos los deportes que se le ocurrían para mantenerse en forma: voleibol, natación y atletismo.

Cuando Becky despertó en la cama del hospital, todo lo que había soñado para su futuro parecía inalcanzable. ¿Quién era ahora que no podía cumplir sus metas deportivas?

"Cuando me lesioné, me arrebataron gran parte de mi identidad porque era una gran atleta. En los años siguientes tuve que volver a descubrir quién era Becky. Así que luché con mi identidad durante un tiempo hasta que descubrí cómo pensar sobre mí misma de forma diferente y focalizarme en todas las cosas que aún podía hacer".

Para Becky fue difícil aceptar que estaba en silla de ruedas, pero su visión optimista de la vida la impulsó a seguir adelante. Empezó a dedicar más tiempo a su educación y a ser una buena estudiante, porque, como decía Becky: "Las cosas malas de tu vida pueden convertirte en una persona amargada o en una persona mejor. Depende de ti la elección. Puede que no tuviera mis piernas, pero tenía mi mente".

Unos años más tarde, Becky se graduó con honores. Más tarde entró en el mundo financiero, donde hoy trabaja como gerente en una cooperativa de crédito.

Volver a lo que se ama

Mientras se acostumbraba a su nueva vida como parapléjica, Becky volvió poco a poco a hacer deporte. Con el tiempo, volvió a la piscina, se sacó el título de submarinista, empezó a hacer monoesquí y se apuntó a un club de ciclismo de mano. Con su sistema de irrigación transanal, ahora tiene más control sobre su intestino, lo que le ayuda a planificar su ejercicio. Su mejor consejo es fijarse objetivos y expectativas: "Tienes que esforzarte, no rendirte. Los primeros pasos están bien, pero hay que fijarse objetivos. Mi familia siempre me ha apoyado, me ha querido y ha querido estar a mi lado, pero también me ha presionado mentalmente. Una de las preguntas que me hizo una de mis hermanas después del accidente, cuando todavía estaba en rehabilitación en el hospital, fue si todavía podía fregar los platos. No me dejaban en paz. Y eso me empujó a ser mejor persona, mejor estudiante, mejor atleta, lo cual fue un regalo".

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