Erwina tiene 65 años y vive en el centro de Holanda con su marido. Juntos tienen dos hijos y tres nietos. Durante gran parte de su vida ha vivido momentos difíciles y llenos de retos, pero siempre ha intentado mantenerse positiva. Con la irrigación, Erwina ha encontrado por fin el camino de vuelta a una vida feliz.
Erwina explica que sus problemas empezaron con el nacimiento de su hija hace 37 años. Era un bebé grande, de unos 4 kilos, y Erwina sufrió un desgarro total.
"Se cometieron errores en su momento, pero entonces no los conocíamos. Durante muchos años tuve muchos dolores. Sentía como si tuviera una piedra en el estómago y empecé a ser incapaz de controlar mis movimientos intestinales. Fui al hospital y el médico descubrió que tenía el intestino colapsado. Tuvieron que hacerme una gran operación en la que me levantaron el intestino grueso.
También me extirparon el útero y tuve miomas. El médico me indicó que esto era sólo el principio, ya que casi no me quedaba esfínter".
Erwina pasó de una incontinencia leve a una incontinencia total, y tuvo que someterse a otras 16 operaciones. Se sometió a un estoma y a una cirugía plástica en la que el músculo de su muslo se transformó en un esfínter controlado por un marcapasos en el abdomen.
"Todas estas intervenciones fueron duras y, por desgracia, no tuvieron el efecto que esperábamos. Sencillamente, no me quedaba suficiente esfínter. Sin embargo, siempre fui positiva. Tengo una visión optimista de la vida. Intenté mantener mi vida social en la medida de lo posible, a pesar de mis dificultades. También he intentado decirme siempre que mi enfermedad no me controla y que soy yo quien tiene el control".
Erwina intentó irrigarse electrónicamente, pero no tuvo éxito. La presión sobre el intestino era excesiva y le provocaba hemorragias. Su piel también estaba afectada por las numerosas operaciones y tenía cistitis crónica debido a la incontinencia. Un nuevo estoma no era una opción, porque su pared abdominal no era lo bastante fuerte.
"El médico y el cirujano me sugirieron que utilizara Peristeen Plus para la irrigación intestinal. Me preguntaron si estaría dispuesta a probarlo. La idea me atrajo inmediatamente porque era mi última opción, así que, por supuesto, estaba dispuesta a probarlo. La enfermera me proporcionó toda la información que necesitaba. Vi el vídeo, leí el folleto y pensé que no era tan difícil. Irrigarme por primera vez, en presencia de la enfermera no fue tan malo. Enseguida me sentí de maravilla y supe que era la solución adecuada para mi. Mi primer pensamiento fue ¿por qué no empecé a hacer esto hace 23 años? Ahora me irrigo todas las mañanas. Tardo una media de 45 minutos, y después ya estoy lista para todo el día".
Erwina también está muy satisfecha con el apoyo que ha recibido de Coloplast Care. Le gustan las llamadas de control mensuales y los consejos que le dan.
"Están muy orientados al paciente, lo cual es muy agradable. También me gusta que todo esté explicado con mucha claridad. Si sigues la información que te dan, probablemente no tendrás ningún problema. Una vez se me reventó el globo, les comenté el problema y pude solucionarlo con bastante facilidad. Desde que empecé con la lTA, he podido decidir cuándo vaciar el intestino.
Esto me ha devuelto la vida. Antes intentaba hacer todo tipo de cosas, como trabajar, irme de vacaciones y tener vida social, pero me sentía fatal. Hiciera lo que hiciera, era incapaz de controlar la incontinencia. Era vergonzoso. Pero tengo la suerte de tener una visión optimista de la vida. Tengo un médico de cabecera encantador, médicos estupendos y una buena familia que me apoya y juntos lo llevamos lo mejor posible. Me olvido completamente de que tengo incontinencia, no le doy importancia. Me gusta acampar con una caravana, viajar, cuidar de mis nietos, escuchar música y salir de viaje.
Básicamente, la vida es mucho mejor ahora. “Vuelvo a vivir".
