Hablar con otras personas sobre tu ostomía puede ser una tarea desalentadora. Por lo general, es útil tener un enfoque bastante estratégico, sobre todo al principio.
Cómo preparar la conversación
Empieza por contemplar lo que quieres sacar de la conversación. ¿Quieres poder hablar abiertamente con la otra persona o prefieres demostrar que nada ha cambiado realmente?
Esto te ayudará a abordar los sentimientos, las necesidades o las preocupaciones en la situación concreta en lugar de "sólo" hablar de tu ostomía, y tendrás muchas más posibilidades de evitar que te decepcionen o te sientas expuesto.
Escribe el inicio de la conversación
Esto puede parecer una tontería, pero a menudo lo más difícil es sólo el comienzo de una conversación difícil. Así que si sabes exactamente por dónde quieres empezar, te facilitarás el abordaje.
Tener una actitud positiva
La forma de actuar y de decir lo que quieres decir influirá mucho en el resultado de la conversación. Así que, aunque estés nervioso, respira hondo y mantén una actitud positiva. Lo más probable es que la persona con la que estés hablando copie esta postura y se sienta más relajado.
Algún comentario con humor en el momento apropiado también puede ayudar a aliviar la tensión tanto para ti como para tu entorno y ayudarte a controlar el tono de la conversación.

Ponte en el lugar de tu oyente y encuentra puntos en común
Lo más probable es que tu interlocutor no haya tenido la ventaja de estar preparado para la conversación. Antes de enfadarte o de que te moleste una respuesta decepcionante, intenta ponerte en el lugar de tu interlocutor. ¿Es posible que la respuesta de enfado sea simplemente una respuesta emocional por miedo a perderte a ti o a la relación que ambos tenéis?
Reconoce los sentimientos y las razones de la otra parte para reaccionar como lo hizo. Esto hará que sea más receptivo cuando le digas cómo te gustaría que hubiera reaccionado y le comentes cómo te hizo sentir.
Intenta identificar las preocupaciones comunes que podáis tener, y aprovecha lo que compartís para crear un terreno común. Esta es la mejor manera de conseguir una conversación constructiva.
Cuando la conservación se vuelve demasiado seria…
Es fácil obsesionarse con hablar de tu ostomía y centrarse en ella. Desviar la atención de tu ostomía de vez en cuando para retomar las conversaciones sobre tus "antiguas" pasiones, aficiones e intereses ayudará a tranquilizar a tus amigos y familiares de que tu relación no ha cambiado.
No es necesario incluir a todo el mundo
Cuando hablas de tu enfermedad con cualquier persona, te pones en una posición muy vulnerable. Es por ello que te recomendamos tener esta conversación con alguien de confianza.
Si alguien no te da la oportunidad de expresar tus pensamientos y sentimientos, si no que te bombardea con consejos, por muy bien intencionados que sean, no dudes en terminar la conversación.

Qué decir a los niños
Si hay hijos o nietos pequeños en tu vida, tu primer pensamiento podría ser que son demasiado jóvenes para entenderlo.
Pero ocultarles la verdad puede hacerles pensar que una situación es más grave de lo que realmente es, y los niños tienden a afrontarla bien si se les da la información de forma sencilla y honesta.
Cómo contárselo a los adolescentes
No es raro que los adolescentes o incluso los hijos mayores reaccionen con ira o retraimiento cuando se enfrentan al estado de salud o a la intervención quirúrgica de sus padres.
Algunos padres optan por contar a sus hijos adolescentes sólo los puntos clave de la operación, pero recuerda que, a pesar de las reacciones poco agradables, sigue siendo importante que escuchen tus respuestas abiertas y sinceras a sus preguntas. Ten en cuenta también que cualquier enfado no es más que un amor apenas velado por ti y que tiene su origen en el miedo a perderte.