En mi caso comencé experimentando fugas y fue un shock ya que nadie me había advertido de que algo así me pudiese pasar.
Los accidentes, como los llamamos nosotros, eran una de las cosas más importantes que estaba deseando no tener después de la ostomía. Se acabó el correr al baño al estilo de Usain Bolt, sólo para descubrir que sin su velocidad, llegar a tiempo era imposible y no llegar a tiempo significaba tener que ducharme y cambiarme de ropa interior.
Esperando no preocuparme más
A veces significaba encerrarme en un baño, lavar y secar mis vaqueros y agradecer a los dioses de la tecnología la invención del secador de mano.
Saber que esto no volvería a ocurrir una vez que me realizasen la ostomía fue un factor muy importante en mi decisión de hacerme extirpar el colon en primer lugar. No podía esperar a no tener que preocuparme de buscar el baño más cercano, de ensuciar mi ropa ni de pasar una vergüenza mortal.
No estás goteando, estás sufriendo el efecto vacío
Así que podéis imaginar mi horror cuando me desperté una mañana cubierta de caca. Un horror que se agravó al tener que despertar a mi marido y pedirle que cambiase las sábanas mientras yo me quitaba la ropa sucia y me metía en la ducha. No podía imaginarme que me pasase algo así y siguió ocurriendo.
Busqué en Internet para tratar de encontrar la causa, para asegurarme de que no era la única que lo experimentaba y para tratar de encontrar una forma de detenerlo. Fue entonces cuando descubrí que mi problema era que mi bolsa de ostomía estaba haciendo un efecto vacío.
Efecto vacío
Yo sabía que una fuga se producía cuando el efluente encontraba la forma de filtrarse por debajo del disco, normalmente en un punto débil.
En mi caso era diferente, las heces eran muy espesas y la bolsa hacia un efecto vacío que impedía que cayesen al fondo de la bolsa por lo que se acumulaban alrededor de mi estoma.
Permanentemente alerta
Mi solución al principio fue estar constantemente alerta, ser consciente de lo que comía e ir empujando las heces al fondo de la bolsa con la mano intentando que nadie se diese cuenta de lo que hacía.
Pero trastear con la bolsa no es algo fácil de hacer en público, y no siempre estaba en una situación en la que pudiese encontrar un lugar privado, he tenido que girarme hacia una pared e intentar disimular mientras manipulaba la bolsa.
La solución: Un poco de lubricante
Y entonces alguien con conocimiento de causa sugirió un lubricante desodorante. Dicho lubricante se agita en el interior de una bolsa nueva antes de ponérsela. En mi caso, me aseguro de que la parte superior de la bolsa esté completamente cubierta por él, y luego procedo con normalidad.
Llevo seis semanas sin fugas y subiendo
Lo usé por primera vez hace unas seis semanas, dejando de lado la ridiculez de no haber descubierto esto hasta que llevaba casi cuatro años con este problema, mi vida ha cambiado.
En esas seis semanas, no he tenido ni un solo incidente por acumulación de las heces en la parte superior de la bolsa. Mi dispositivo se ha mantenido en su sitio y estoy empezando a dejar de preocuparme por ello todo el tiempo. No siempre, pero sí durante más y más minutos cada día. Soy optimista. Creo que a partir de ahora todo irá bien.
