Después de la operación, me resultaba difícil elegir la ropa con la que me sintiera bien para mi día a día. Me costaba mucho entender con qué tipo de ropa me iba a sentar mejor, y más aún encontrar algo que me hiciera sentir bien.
Sentía que nada me quedaba bien. Todo lo que era grande en la cintura, me parecía que que tenía forma de tienda de campaña. Todo lo que era más ajustado, me parecía que hacía que la bolsa fuera obvia; Aunque pensándolo bien, probablemente no fuera así, era sólo mi miedo.
Además de esto me di cuenta de que todavía no me sentía lo suficientemente bien como para ir de compras por las tiendas.
Limpiando mi armario
Cada vez que abría mi armario se me encogía el corazón al ver toda esa ropa preciosa que había acumulado a lo largo de tantos años, algunas por supuesto con un significado especial, como las prendas que me había dejado mi madre, y me destrozaba la idea de no volver a ponérmelas.
Vestirse se convirtió en una pesadilla porque me pasaba todo el tiempo mirando lo que querría llevar. Hasta que finalmente, un día, decidí que era hora de tomar el control de la situación, por lo que me propuse hacer una limpieza armario.
Ya he oído muchas veces que hay que hacer una limpieza de armario una vez al año y tirar todo lo que no te hayas puesto en dos años. Yo nunca lo había hecho y es por ello que me parecía una tarea enorme y desalentadora, así que opté por hacerla divertida.
Haz un desfile de moda
Reúne a tu pareja, a un par de amigos, a tu hermana, a cualquier persona en cuya opinión confíes y haz un desfile de moda.
Será más divertido contar con un equipo de apoyo, pero la principal razón por la que quieres que haya más gente es porque, al tener un cambio en tu cuerpo, puedes sentirte como cuando eras un adolescente con un grano: sientes que hay un faro rojo brillante que grita "mira qué mal estoy", pero nadie más se da cuenta hasta que lo señalas.
Lo mismo ocurrirá con tu ostomía, así que una segunda opinión es siempre una buena idea. Pruébatelo todo y divídelo en "guardar" o "regalar", pero no tires la ropa buena de "regalar” ya que hay mucha gente que estará encantada de recibirla.
Fuera lo viejo y dentro lo nuevo
Desde que tengo una bolsa de colostomía, de repente veo ropa que antes no me habría llamado la atención. Por ejemplo mi hermana vino el otro día con un jersey que pensé que podía ser perfecto para mí después de la operación, así que le pregunté dónde lo había comprado.
Ahorra dinero intercambiando ropa
Tengo muchas blusas preciosas que mi hermana luciría muy bien y que yo nunca me voy a poner, así que me dio la idea de hacer un intercambio de ropa.
Esto consiste básicamente, en invitar a tus amigos y que todos traigan la ropa que ya no usan para entonces intercambiarla.
Si no te entusiasma la idea de organizar tu propia fiesta de intercambio de ropa, puedes encontrar fiestas ya organizadas a las que puedes acudir y así no tener tanta responsabilidad.
Algunos consejos para vender tu ropa
Vender tu ropa es otra opción. Hay cientos de páginas web dedicadas a la venta de ropa de segunda mano.
También puede valer la pena buscar otras página o aplicaciones de venta local para que la gente pueda venir a recogerla. Esta opción siempre me funciona muy bien y la recomiendo siempre que puedo.
Conjuntos que funcionan bien
El fruncido de la tela, especialmente cuando está en el mismo lado que tu ostomía, ocultará todo tipo de volumen que se encuentre bajo él. Pero aquí no acaba todo lo bueno que un fruncido te puede aportar, y es que también favorece el efecto óptico de que tú cintura parezca más pequeña cuando llevas prendas que lo incluyen.
Los vaqueros, los pantalones o mallas de cintura alta: actúan efectivamente como una capa protectora sobre la bolsa. He descubierto que incluso puedo volver a llevar tops ajustados por encima de los vaqueros, lo que ha sido bastante revolucionario para mí.
¡Piensa en el glamour de los años 50! Llevaban un estilo que estrechaba en la cintura y se ensanchaba en la zona de las caderas. Esto también es muy favorecedor y compatible con la ostomía ya que la cintura es el punto más delgado y luego se ensancha para que no se vea nada por debajo.
Un último consejo
El mayor consejo que creo que puedo dar cuando se trata de afrontar el postoperatorio es: sé amable contigo misma. Tu cuerpo (al igual que tu corazón) ha pasado por una difícil prueba así que te pido que seas paciente contigo mismo. Pronto te aseguro que podrás asentarte en las nuevas rutinas a la vez que disminuye tu preocupación por el aspecto.
