No importa el tipo de ostomía que tengas, todo efluente debe recogerse de una manera segura y cómoda mediante una bolsa de ostomía. Están diseñadas para adherirse a la piel del abdomen alrededor de la ostomía y recoger el efluente.
El tipo de bolsa dependerá de si tienes una colostomía, ileostomía o urostomía. Tu enfermera o profesional sanitario te mostrará cuál es la más adecuada para ti, pero la inmensa mayoría de las bolsas son seguras y discretas. Nadie sabrá que llevas una a menos que decidas decírselo.
Bolsa de ileostomía
Tras una operación de ileostomía o colostomía, las heces saldrán por la ostomía en lugar de por el ano. A diferencia del ano, la ostomía no tiene ningún músculo que controle la salida de las heces o el viento. Por eso es necesario utilizar un dispositivo de ostomía para recoger las heces.
En el caso de las ileostomías las heces son líquidas y muy irritativas, ya que no han pasado por el intestino grueso que es donde se absorbe la mayoría del agua de las heces, y el flujo es constante por lo que utilizaremos una bolsa de ostomía abierta que nos permita ir vaciando la bolsa conforme se llene.
Bolsa de Colostomía
En el caso de las colostomías las heces están más formadas y la defecación es regular y periódica, similar a la que tenías antes de la cirugía. Por ello en este caso se utilizan bolsas cerradas que se cambian después de cada defecación.